Niñez, adolescencia y el futuro del mundo


Este mensaje se basa en la ponencia de la delegación peruana en la 14ª Conferencia Mundial de Jueces y Presidentes de Cortes Supremas, realizada en diciembre de 2013, en Lucknow-India. La niñez y adolescencia representan el futuro de nuestras naciones, debemos protegerlos desde concebidos o por nacer ya que el concebido es considerado sujeto de derecho sin necesidad nacer y goza de protección especial y privilegiada.

Cada país debe brindar condiciones necesarias para el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes, a través de programas sociales incentivando la educación desde la etapa inicial para ambos sexos sin discriminación de género; buscando que crezcan con amor y protección en una familia constituida, evitando ser maltratados por su entorno familiar o cualquier otro individuo, condenando la explotación infantil en cualquiera de sus formas como también el abuso sexual, acorde a los derechos del niño enunciados en la Declaración de Ginebra de 1924 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El 20 de noviembre de 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño y posteriormente en 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención Internacional de los Derechos del Niño. El Perú suscribió la Convención de los Derechos del Niño en 1990 y a partir de esa fecha ha promulgado leyes para su cumplimiento.

El Estado Peruano promueve programas de bienestar para niños, niñas y adolescentes, acorde con los tratados internaciones adheridos, aprobando el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021 (PNAIA 2021), instrumento marco de política pública que articula las políticas a elaborarse en infancia y adolescencia y orientará en la presente década la acción estatal y de la sociedad civil hacia el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes. Se señala que invertir en la niñez y adolescencia interrumpiría el ciclo de transmisión intergeneracional de la pobreza y la violencia. Este Plan Nacional pretende lograrse en una sola generación, convencidos que la inversión en ellas y ellos harán sostenibles los esfuerzos del desarrollo humano.

Cada ser humano es importante, sin embargo el futuro del mundo depende de los niños, niñas y adolescentes de hoy, y los que están por nacer, a quienes dándole bienestar serán los hombres del mañana.

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