La pandemia del coronavirus no se detiene. Pese a las medidas
dictadas por el gobierno central, el virus sigue dispersándose y en cualquier
momento podría tocar la puerta de nuestras casas. Permanecemos confinados el
mayor tiempo posible para evitar este peligro del contagio, pero, como se había
advertido, existe otro peligro que se cierne al interior. ¿Qué ocurre cuando
los agresores o potenciales agresores permanecen en constante convivencia con
sus víctimas? Las estadísticas nos señalan la dura realidad.
Del 16 de marzo al 26 de abril, el Ministerio Público registró
la detención de 3763 agresores por violencia en contra de las mujeres o
integrantes del grupo familiar; de ellos 346 por delitos contra la libertad
sexual. De este grupo, 82 por violación sexual y 62 por violación sexual de
menores de edad.
Asimismo, de acuerdo al Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, entre el 16 de marzo y el 10 de mayo, se realizaron 28 000
llamadas a la línea 100 por diversos casos de violencia de género. Además, este
sector reportó que durante la cuarentena se registraron 12 feminicidios y 226
casos de violación sexual contra niños, niñas y adolescentes. En tal sentido,
hasta la fecha 65 víctimas (32 mujeres y 33 NNA que las acompañaban) fueron
recibidas en casas de refugio administrados por el Estado.
Otro tipo de violencia sexual que se da a puertas cerradas es la
producción, distribución y comercialización de pornografía infantil, la Policía
especializada de enero al 15 de marzo reporta 140 denuncias de pornografía
infantil y del 16 marzo al 30 abril solo 19 denuncias, hay que notar que
se trata de una estadística de denuncias presenciales, es decir, resulta lógico
que estas hayan disminuido no necesariamente porque esta actividad haya
decaído, sino porque el confinamiento obligatorio ha impedido que estas se
presenten de manera presencial; así mismo, por la inseguridad ciudadana,
ya que en esta época de cuarentena algo más del 80% del personal
especializado de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología
(DIVINDAT) está asignado a otras tareas, por lo que prácticamente no hay
patrullaje cibernético que contribuya a la detección de casos de pornografía.
Ante este escenario de violencia, el Estado ha tomado algunas
medidas. De esta forma, desde el 27 de abril, el gobierno decretó que todos los
casos de violencia contra la mujer deben ser considerados como urgentes y que,
por tanto, se simplifique el procedimiento para que las víctimas cuenten con
medidas de protección de forma oportuna. Asimismo, se refuerza la atención en
las Unidades de Protección Especial y de los Centros de Acogida Residencial, a
fin de asegurar la debida asistencia y protección a las niñas, niños y
adolescentes en situación de desprotección. El Poder Judicial, por su parte,
desde el 13 de mayo, dispuso que las denuncias por violencia contra la mujer y
los integrantes del grupo familiar, así como todo el material documentario y/o
audiovisual que desee adjuntarse, pueden ser recibidos mediante las cuentas de
correo institucional y WhatsApp.
“Si bien el confinamiento obligatorio ha sido una medida
necesaria para luchar contra el covid-19, lamentablemente ha vuelto todavía más
vulnerable a quienes ya tenían esa condición. Y, pese a los esfuerzos
reseñados, la situación sigue siendo crítica. Consideramos que es indispensable
que la atención puesta en el seguimiento al covid-19”
De otro lado, sectores de la sociedad civil también han mostrado capacidad de reacción. En el caso de Capital Humano y Social Alternativo, no solo seguimos con nuestra habitual labor de sensibilización, prevención expresada en la campaña en redes sociales “Cuarentena sin violencia” #CHSseQuedaenCasaContigo, sino que, además, estamos brindando atención a casos de explotación humana y colaborando con pobladores vulnerables expuestos a todo tipo de peligro, como es el caso de las niñas, niños y adolescentes.
Si bien el confinamiento obligatorio ha sido una medida necesaria para luchar contra el covid-19, lamentablemente ha vuelto todavía más vulnerable a quienes ya tenían esa condición. Y, pese a los esfuerzos reseñados, la situación sigue siendo crítica. Consideramos que es indispensable que la atención puesta en el seguimiento al covid-