La trata de personas en Ayacucho, el Perú y el mundo


La trata de personas es una de las formas más brutales de hacer daño a una persona y a su familia, es una forma de esclavitud que hasta hace unos años atrás en Ayacucho y el Perú no se ha querido abordar con la magnitud que se merece.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la trata de personas es el tercer negocio más lucrativo a nivel mundial, después del narcotráfico y la venta de armas, pues movería más de 32 mil millones de dólares por año en el mundo.

Según un estudio del ONG Capital Humano y Social Alternativo (CHS), entre los años 2007 y 2013, la Fiscalía de la Nación del Perú ha registrado 1,548 casos denunciados por trata de personas (TdP), que en un 84% se refiere a víctimas femeninas.

Este registro, revela además que el rango de edad de las víctimas están comprendidas entre 14 y 17 años, con bajo grado de instrucción educativa, siendo principalmente captadas en las regiones donde la pobreza es uno de los problemas sociales que más afecta a miles de familias como Huánuco, Cusco y Madre de Dios.

Mientras tanto, el según el Consejo Regional Contra la Trata de Personas de Ayacucho, en los últimos cuatro años se ha registrado más de 30 denuncias y se ha sentenciado a ocho por el delito de trata de personas, pero creemos que estas cifras son ínfimas porque hay muchas mujeres que callan y soportan todos los maltratos.

La historia sobre la forma de captación es casi lo de siempre, la mayoría tiene su fundamente en que se les ofreció una mejor calidad de vida, una mejor oportunidad laborar, etc. Algo que el Estado no les garantiza en la tierra donde nacieron, por lo que cualquier propuesta de salida de sus pueblos es un objetivo que se crean desde que son niñas; llegadas a las ciudades la mayoría serán explotadas sexualmente por personas u organizaciones criminales.

La forma como operan las organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas es vastamente complejas, muchas de ellas cometen sus actividades ilícitas con fachadas aparentemente legales como bares y restaurantes; la cual hace que las autoridades y funcionarios competentes no puedan desbaratar las bandas con facilidad.

En ese sentido, lo que debería promoverse es la prevención, pero poco o nada se puede hacer cuando no se tiene presupuesto, aunque muy pocos quieran reconocerlo en Ayacucho fue Gotardo Miranda, quién con todas las dificultades que amerita estar al frente de la lucha contra la trata de personas, en cumplimiento de su trabajo o por vocación, siempre ha dado la cara en el tema, esperemos que las autoridades de los más altos niveles puedan reflexionar y promover la implementación de políticas públicas acordes a la realidad de la región.

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