Se cumple un año de la desaparición de la niña Deysi Liseth


La niña Deysi Liseth Gutiérrez Aybar, de tan solo tres años de edad, desapareció un día como hoy, el año pasado; sus padres mantienen la esperanza de que regresará con esa sonrisa que tienen grabado en sus memorias.

“Hasta ahora no sabemos nada de mi niña, mi esposo y yo no podemos dormir tranquilos desde que desapareció nuestra hija, quisiéramos saber dónde está, tal vez le ha sucedido algo, no sabemos nada, eso nos tiene intranquilos”, sostiene Zulma Aybar Jayo, madre de Deysi, mientras por su mejilla se deslizan lágrimas de dolor.

La madre asegura que todo está en manos de la justicia, puntualiza que no se ha avanzado y que hasta la fecha no hay resultados concretos para dar con el paradero o indicios de qué fue lo que pasó con la desaparición de la menor.

“Las tres mujeres que se encuentran en la cárcel de Ayacucho saben dónde está mi hijita, dos de ellas han aceptado ante la Policía que han participado del secuestro de mi hija, pero una de ellas no acepta, esa es la cabecilla”, indica la madre de la menor.

LOS HECHOS

Deysi Liseth desapareció de las inmediaciones del mercado F. Vivanco, centro de abastos ubicado a dos cuadras de la Plaza Mayor de Ayacucho donde su madre labora, quién manifestó que todo fue rápido, “me descuidé unos cinco minutos, de repente ya no estaba, de inmediato busqué por todos lados, pero no la encontré”, manifestó al día siguiente en una entrevista a JORNADA.

Desde entonces, los padres y familiares de Deysi Liseth han realizado diversas acciones para encontrar a la niña, quien el día que fue arrebata de sus padres, vestía con una chompa color anaranjado, un polo cafarena rosado, pantalón rojo y zapatos marrones.

Días después, una llamada esperanzadora habría ingresado a su teléfono. Zulma Aybar escuchó la voz de una mujer que le decía que había visto a su hija y que con la paga de 500 nuevos soles le avisarían donde estaba Deysi Liseth, lo cual fue mentira.

Tres mujeres fueron detenidas como sospechosas por secuestro y extorsión, identificadas como Ermelinda Miranda Lizana (19), Alicia Aragon Sangui (27) y Diana Carolina Quispe García (19), quienes desde el 19 de noviembre de 2012 se encuentran encarceladas aún sin sentencia.

Según la madre, Ermelinda y Diana habrían aceptado su participación en el secuestro de la menor en su manifestación ante la Policía, sin embargo Alicia Aragón, quien es considerada la cabecilla de la banda por Zulma Aybar, no aceptaría su participación. “Pido justicia, que el juez presione a las tres mujeres para que hablen donde está, como madre siempre la  recuerdo, la extraño”, manifiesta Zulma Aybar.

REFLEXIONES

Para el secretario técnico del Comité Regional Contra la Trata de Personas, Gotardo Miranda, los acontecimientos que privaron de la presencia física de Deysi Liseth trajeron consigo un mayor empoderamiento sobre el tema de trata de personas en las autoridades y la población en general de Ayacucho.

“En este tipo de casos los primeros responsables son los padres de familia, ellos son los que deben cuidar a sus hijos”, con estas palabras Miranda nos deja claro que Ayacucho no es una ciudad segura y que nadie debe confiarse.

Asimismo, sostiene que la Policía Nacional del Perú no actuó de inmediato cuando los padres denunciaron el caso, “no actuaron de manera espontánea, cuando una menor desaparece y se realiza acciones de búsqueda inmediata, existen grandes posibilidades de encontrarlo rápido”.

En base a la experiencia vivida, se ha impulsado en la comisaría de Ayacucho la designación de Área de Personas Desaparecidas para mejorar el accionar de los efectivos policiales frente a casos similares al de Deysi Liseth.

Finalmente, resalta la labor del Comité Regional Contra la Trata de Personas, “impulsamos que el tema de trata de personas entre en agenda en el Gobierno Regional de Ayacucho y en los gobiernos locales, hemos desarrollado campañas de sensibilización, la creación de un grupo de voluntarios y la elaboración de un Proyecto de Inversión Pública para poder trabajar en el próximo año con un presupuesto propio.

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