Día Universal del Niño... ¿Hay motivos para celebrar?


Este miércoles se celebra el Día Universal del Niño, una fecha cívica establecida en 1954 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para fomentar la fraternidad entre los niños y promover su bienestar. En ese sentido, el Perú tiene muy poco para celebrar, teniendo en cuenta que más de 1.65 millones de niños y adolescentes (entre 6 y 17 años de edad) dedican su tiempo a trabajar en lugar de estudiar.

Esta preocupante cifra constituye el 23.4% del total de los niños que habitan el territorio nacional. Esta situación, además, nos ha posicionado ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como el segundo país con mayor cantidad de niños trabajadores a nivel de Latinoamérica. Como se puede intuir, lo único que se conseguirá con ello es privar a muchos niños de una de las etapas más significativas de la vida, atentar contra su potencial y su dignidad, y perjudicar su desarrollo físico y psicológico. A ello cabe agregar que más de 50,000 niños trabajan junto a sus familias extrayendo oro para la minería artesanal, lo que constituye un riesgo para su salud y su propia vida.

“En el país, 30,000 familias se dedican de manera permanente a la minería artesanal de oro. Dos de cada tres familias hacen que sus hijos menores de 18 años participen en las actividades de extracción y procesamiento del mineral; estas familias albergan a 61,000 niños entre o y 17 años, de los cuales en la actualidad unos 50,000 ya están trabajando y los 11,000 que aún son pequeños lo harán apenas cumplan 6 ó 7 años de edad”, ha señalado un informe del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil.

Un problema para los objetivos del milenio

En el año 2000, el Perú formó parte de la denominada Cumbre de Milenio, donde se establecieron ocho objetivos para el año 2015: la erradicación del hambre y la pobreza; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VHI Sida, paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

El trabajo infantil ha constituido un obstáculo para alcanzar el cumplimiento de algunos de estos objetivos: lograr la enseñanza primaria universal, ya que muchos jóvenes dejan los estudios por tener que trabajar; y reducir la mortalidad infantil, pues muchos exponen su vida al realizar trabajos de alto riesgo. ¿Se cumplirán estas metas al llegar al 2015?...  Ese 1.65 millones de niños y adolescentes trabajadores demuestran que hay mucho por hacer. 

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