Cusco: Trata de personas, el delito que está a un paso de normalizarse



 Delito invisible. Aunque los casos oficiales no superan los 100 al año en Cusco, sigue siendo la tercera forma delictiva más rentable del mundo. La cultura de no denuncia, es el principal problema.

Cusco. La trata de personas, considerado como el delito que atenta contra los derechos humanos, dignidad y libertades fundamentales, corre el riesgo de normalizarse ante la sociedad por desconocimiento. Según la fiscal Andrónika Sanz Rivera de la Fiscalía Especializada en Delitos de Trata de Personas de Cusco, enfrentan una difícil batalla por hacer visibilizar este delito ante los ojos de los operadores de justicia, víctimas y población en general.

Aunque en la región del Cusco los casos no superan los 100, no significa que no existan víctimas que padecen de trata de personas. Durante la pandemia esta situación se acrecentó, empero no se registró ninguna denuncia al respecto.

Sin embargo, si hubo casos de delitos conexos. En favorecimiento a la prostitución, se registró ocho sentencias condenatorias y aún hay casos pendientes por el delito de trabajos forzosos, en la que los varones (adultos y niños) son las principales víctimas.

Captación

La forma en que las víctimas son captadas por sus tratantes ha variado en los últimos años, inicialmente se daban mediante anuncios de trabajos en locales céntricos, luego los captores utilizaron las redes sociales.

Según la fiscal Andrónika Sanz, ahora los captores también recurren a la radio, ya que en las zonas rurales más alejadas, es el principal medio de comunicación utilizado. A través de este no solo llegan a sus víctimas directas, sino que son los mismos padres de familia que al escuchar estos anuncios de trabajo “falsos” envían a sus hijos en busca de un mejor futuro.


Captación

La forma en que las víctimas son captadas por sus tratantes ha variado en los últimos años, inicialmente se daban mediante anuncios de trabajos en locales céntricos, luego los captores utilizaron las redes sociales.

Según la fiscal Andrónika Sanz, ahora los captores también recurren a la radio, ya que en las zonas rurales más alejadas, es el principal medio de comunicación utilizado. A través de este no solo llegan a sus víctimas directas, sino que son los mismos padres de familia que al escuchar estos anuncios de trabajo “falsos” envían a sus hijos en busca de un mejor futuro.


Cultura de no denuncia

El principal problema que no permite visibilizar este grave delito es que los ciudadanos no denuncian, porque desconocen su existencia o están familiarizados con el mismo. En las charlas informativas que emprende la fiscal Sanz Rivera, refiere que los padres de familia e incluso maestros se muestran sorprendidos porque sin saberlo actuaron como cómplices del mismo.

“Si ven viajando solos a un niño o niña en el transporte público, ¿reportaría el caso? Como es un delito que está tan normalizado, son conductas cotidianas, entonces no lo detectan y no lo denuncian. Entonces falta cultura de denuncia en la sociedad”, refirió.

Otro problema es que este tipo de acciones se están convirtiendo en naturales. “También se ha vuelto natural en los propios padres de familia. El año pasado fuimos a comunidades de Quispicanchi, cerca de Madre de Dios y maestras refirieron que 9 de cada 10 niños van a trabajar a la zona de minería ilegal”, relató la fiscal.


Varones, la cifra negra

Aunque los casos existentes reflejan que las mujeres, menores de edad y adultas, son las principales víctimas, también existen varios casos de varones. Los afectados, por estereotipos de la sociedad, no denuncian y si lo hacen no tienen el mismo soporte que le ofrecen las entidades a una mujer. Según la Fiscalía, las víctimas varones tienen entre 12 y 27 años y en su mayoría son obligados a realizar trabajo forzoso, fuera o dentro del país.

Los niños, por su estatura y delgadez, son llevados a trabajar año a año a zonas de minería informal. “Se los llevan a zonas inhóspitas, donde no hay forma de llegar, muchas veces solo los imputados cuentan con el transporte. Es importante visibilizar que hay víctimas varones”, precisó la fiscal.

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