Proyecto en Maynas ayuda a reconocer y denunciar casos de explotación de niños, niñas y adolescentes


Ángela Heyggen Sánchez, docente y trabajadora del proyecto prevención y reducción de la explotación de los niños, niñas y adolescentes en Maynas, nos cuenta sobre la labor que realizan con los fiscales, defensorías escolares, docentes y estudiantes para identificar y detectar los casos de explotación sexual de niños (as) y adolescentes.

¿Qué tipo de acciones se utilizan para el trabajo de prevención de la explotación de los niños, niñas y adolescentes en Iquitos?

El trabajo se realiza a través de dinámicas y dentro de las actividades, se elaboró un módulo para cumplir en los diferentes espacios que contiene el tema de prevención. Por lo general, trabajamos con los fiscales y defensorías escolares, además de docentes y estudiantes con la finalidad de llegar con distintos enfoques y estos puedan, a su vez, prevenir a sus familiares. 

¿Cuáles son las mayores dificultades en el trabajo de prevención?

Las dificultades han sido protocolares. No queríamos que nuestro trabajo interfiriera con el horario escolar y para que los profesores no desconfiaran y creyeran que no somos una institución seria, acudimos a la UGEL (Unidad de Gestión Educativa Local) y mediante un acta de compromiso englobamos todo lo que nosotros trabajamos; asimismo, realizamos un programa para que los participantes sepan cómo y cuándo se iban hacer las capacitaciones en la institución y quiénes eran los responsables, también, se incluyó módulos con temas como autoestima, liderazgo y trabajo en equipo. 

¿Cómo han tomado los escolares el trabajo de prevención, es decir, hasta el momento, en qué nivel se ven influenciados?

Les ha gustado mucho porque las dinámicas han ayudado a que puedan desenvolverse y a desarrollar aquellas habilidades y capacidades que aún no conocen porque se encuentran en una etapa de aprendizaje.

Al inicio fue complicado porque se juntaban diferentes edades, pero, finalmente, eso ayudó a que tanto los estudiantes de primaria como los de secundaria pudieran conocerse más, ser amigables, a que exista mucha más comunicación y, sobre todo, a que aprendan a valorarse entre ellos. Primero se les prepara en lo que es autoestima y liderazgo y con el tiempo empiezan a fortalecer sus capacidades. Las sesiones inician con una dinámica de integración algunas veces relacionada al problema de explotación y al finalizar los participantes evalúan si el trabajo que se realizó les ha gustado o no y si hay aspectos que cambiar. 

¿Cómo ha sido la aceptación de los docentes con respecto a las sesiones?

Al comienzo fue un poco complicado, pero luego los mismos docentes se dieron cuenta de la evolución de los mismos estudiantes en su forma de pensar, personalidad, comportamiento e incluso algunos ayudan a detectar casos. 

¿Se percibe algún interés o preocupación por parte del Estado para colaborar con el trabajo?

Sí, desde que hemos comenzado a trabajar netamente con la UGEL, un representante del Estado ha asistido, también, a las capacitaciones cuando era para formar defensorías escolares.  

La representante trabaja a la par con nosotros, observa y analiza los resultados. Al final nosotros nos encargamos de mandar un informe con todo el trabajo realizado. La UGEL, por su parte, emite certificados a sus docentes por la asistencia a las capacitaciones. 

Dentro de las capacitaciones a profesores y alumnos ¿han identificado casos concretos de explotación?

Nosotros trabajamos por etapas porque es un tema muy sensible y muchas veces no lo identifican como explotación sexual, por ello, iniciamos explicando sobre los factores de riesgo, qué es la trata y si conocen a alguien que está teniendo algún problema, en un comienzo responden que no, pero luego con los ejemplos y dramatizaciones lo asocian, es allí cuando nosotros tomamos nota sobre los casos. 

¿Se ve alguna mejoría conforme el tiempo transcurrido?

Yo considero que sí, al inicio no era visible el cambio porque no había ese compromiso ni preocupación que hay ahora. En el 2012, se les había capacitado, pero desviaban la temática y no habían realizado toda la documentación para abordar los casos.

El año pasado, en cambio, se ha reconocido entre 20 y 22 instituciones que están realizando bien su labor y en conjunto con todos los involucrados. Se nota un mayor compromiso y preocupación por parte de los docentes a cumplir un plan preventivo. 

¿Cuáles son las expectativas para el año 2014?

Para este año, tenemos módulos y esperamos que sea inmediato porque en las escuelas se trabaja diferente. Se les entrega el módulo y ellos se encargan de seguir el plan. Hemos elaborado, además, un portafolio para que los docentes puedan explicar mejor, y se les ha brindado mucha documentación y materiales educativos sobre la temática. 

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