Los menores eran obligados a trabajar de madrugada para una empresa procesadora de papas y vivían en condiciones infrahumanas. Los menores trabajaban pelando y lavando papas desde las 3 de la mañana ganando irrisorios montos.
La empresa RyA Calidad SAC proveía de insumos a diversos restaurantes de forma legal pero detrás de sus paredes escondían a los niños. Los funcionarios del Ministerio de Trabajo constataron que entre los 24 trabajadores explotaban a cuatro menores.