Continúa trata de niñas en Madre de Dios


¿Hasta cuándo? Explotación infantil es un negociado en campamentos mineros. ONG denuncia que cada año llegan por lo menos 1,200 menores a los burdeles clandestinos instalados allí. “Clientes” son buscadores informales de oro.
Tomado de la BBC.

Cuatro de la madrugada. Teresa (14) se pone la escasa ropa que trajo, espera un par de horas y cuando comprueba que todos duermen sale disparada por la entrada del burdel sin mirar atrás.

Hacía tres días que había llegado a ese lugar, una miserable choza empapelada con pósters de mujeres desnudas y un tubo en el medio, donde buscadores de oro ilegales vienen a tomar cerveza y acostarse con una chica. “Corrí, corrí, corrí hasta que encontré un señor en una moto y me sacó de allá. Gracias a Dios me salvé. Estaba perdida, de noche (...). El policía después me felicitó, me dijo que era un milagro que haya salido viva porque allí nadie se salva, te violan y te botan al monte”, comenta.
En el refugio

Han transcurrido dos días desde esa noche y Teresa narra su historia en el único refugio para niños explotados que existe en Madre de Dios, en el corazón del Amazonas, mientras espera la llegada de sus padres desde Lima.

Desde octubre del 2008, 72 niñas han sido atendidas en el albergue de la Asociación Huarayo, que está ubicado a una cuadra de donde pasará la nueva carretera Transoceánica (que estará lista a fin de año), que alimenta la fiebre del oro al facilitar la llegada de personas y abastecimientos, pero sobre todo que ha iniciado un boom en las redes de prostitución infantil.

Óscar Guadalupe, director de la Asociación Huarayo, refiere que a las niñas que caen en las garras de ese tipo de mafias las traen desde otras zonas del país con la promesa de trabajos simples bien remunerados que resultan ser falsos. “Les ofrecen cuidar bebés, trabajar en una tienda de ropa, acompañar a niños a la escuela y prometen pagarles 500 nuevos soles (US$ 180) al mes”.

Explica que las chicas se entusiasman pues una trabajadora doméstica en Cusco, por ejemplo, gana 80 soles (US$ 30) de promedio. “Cuando llegan son llevadas a los campamentos mineros y de ahí no salen más”, comenta Guadalupe.

Endeudadas

Se quedan porque les dicen que están “endeudadas” con la “madame” que pagó por ellas. Cinco gramos de oro en caso sea una niña andina o 10 si es A1, es decir, de la ciudad. Pero además porque durante su permanencia en el campamento le suman a su “cuenta” lo mínimo, como por ejemplo un vaso roto y la comida.

Claves

DENUNCIA. El director de la Asociación Huarayo, Óscar Guadalupe, denunció que muy pocas intervenciones para rescatar a las menores de edad tienen éxito debido a que dentro de la policía existen “chivatos” que avisan de los operativos a las mafias.

RESCATES. “A veces tenemos éxito, como en febrero pasado cuando rescatamos a 12 víctimas. Pero hay chivatos en la policía que avisan sobre cualquier intervención, lo que logramos en muy poco, solo un grano de arena”, sostuvo Guadalupe.

Víctimas tienen entre 12 y 17 años

Organizaciones de derechos humanos estiman que unas 1,200 niñas de entre 12 y 17 años llegan cada año a los burdeles en medio de los inmensos campamentos que alojan a los trabajadores y a quienes les sirven.

La policía afirma que existe una especie de control entre dueños de bares y mineros: cuando ven que una chica se escapa se comunican entre ellos para cerrarle el paso. Si son mayores suelen quitarles los documentos y a las menores prometen pagarles solo cuando se vayan, algo que muy pocas veces ocurre.

La Asociación Huarayo, que posee el único albergue para menores de edad explotados en la región Madre de Dios, no recibe ningún tipo de ayuda estatal. “No se hace casi nada”, se lamentó Guadalupe.

Link:

http://www.larepublica.pe/sociedad/22/09/2010/continua-trata-de-ninas-en-madre-de-dios-0
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