LORENTE IMPULSA EL PROGRAMA DNA-PROKIDS
Extraído de www.elconfidencial.com
Entre 800.000 y un millón de personas son víctimas cada año del tráfico de seres humanos con fines de adopciones ilegales, mendicidad, explotación sexual y laboral o venta de órganos. Según Naciones Unidas, en 2011 o 2012 éste será el negocio ilegal más lucrativo, por encima del tráfico de drogas y armas. El prestigioso genetista español José Antonio Lorente se ha propuesto evitarlo.
Es el padre de DNA-Prokids, un programa pionero en el mundo impulsado para luchar contra el tráfico de seres humanos, especialmente niños y mujeres, mediante un protocolo común de identificación de las víctimas y sus familiares por su ADN. Lorente viaja por todo el mundo formando a expertos de cada país y adscribiéndolos a su iniciativa; México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay, China, Nepal, India, Sri Lanka, Filipinas, Tailandia e Indonesia ya se han sumado. Lorente espera que cada año se unan entre 15 y 20 países.
El director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, que ha participado en relevantes proyectos como la identificación de los restos de Cristóbal Colón, explicó en una entrevista con El Confidencial que uno de los principales objetivos de DNA-Prokids es crear un banco mundial de datos genéticos, porque el intercambio de esa información entre los distintos países dificultaría enormemente la trata de personas o las adopciones ilegales. “Se han dado avances importantes en este sentido en el último año y creemos que probablemente en 2011 tendremos capacidad para lograrlo”, asegura.
Este ambicioso programa pretende dificultar el tráfico de seres humanos mediante la identificación genética de las víctimas, lograr la reunificación familiar de niños separados irregularmente de sus padres y obtener información sobre los orígenes, rutas y medios que utilizan las redes de estos lucrativos negocios, algo clave para el trabajo de las fuerzas policiales y judiciales. También se buscará una base legislativa común para afrontar el problema, así como coordinar y formar a especialistas en identificación de los países participantes.
Es un nuevo instrumento contra un problema de orden público mundial por su vinculación a los flujos migratorios, a la pobreza y a la actuación de la delincuencia organizada trasnacional. “Si existe el tráfico de drogas es porque hay quien la compra; en este caso es igual. Hay países en Asia, el Caribe y América Latina que permiten el turismo sexual y gente de Europa que acude a ellos para practicarlo sin que tampoco se haga nada”, explica Lorente.
En los países pobres
Aunque algunos de los países participantes en DNA-Prokids tienen “capacidad sobrada” para realizar los análisis de ADN, el programa apoya a los que carece de una tecnología “totalmente desarrollada o pueden verse desbordados en un momento determinado”. Así ocurre en Haití, donde se han enviado 5.000 kits de identificación genética para evitar que, en el caos generado tras el terremoto del 12 de enero, los niños sean víctimas de un negocio sin escrúpulos.
En el país caribeño se estrena este nuevo paquete, que incluye un hisopo fabricado en Estados Unidos que permite tomar muestras de células de la boca o, para países como Angola o Mozambique -donde introducir un objeto en la cavidad bucal se considera una invasión de la intimidad-, obtener una gota de sangre mediante un pinchazo en un dedo. “Se fabrican más para repartirlos a partir de este mes entre los países participantes, en función de sus necesidades, y se facilitará así la toma de muestras y la unificación del sistema”, refiere el científico durante su estancia en México para formar a profesionales en los últimos avances de la identificación genética.
Después de varios años de trabajo de “perfil bajo”, en los que se lograron unas 230 identificaciones, en 2010 comienza la fase de crecimiento de la base mundial de ADN. Además, se ha creado un sistema informático que agiliza la toma de muestras, la creación de bancos de datos en cada país y que ofrece más garantías de seguridad de la información recabada. La Academia Iberoamericana de Criminalística y Estudios Forenses (AICEF), que integra a directores de laboratorios de ciencias forenses y criminalística de España, Portugal y Latinoamérica, coordinará la expansión de DNA-Prokids a partir de su reunión en México en julio, anunció a El Confidencial su presidente, Miguel Óscar Aguilar. En su segunda sesión anual se invitará también a representantes asiáticos.
“Ya hemos conseguido iniciar una cultura de prevención. El último paso de esto es que dentro de diez o quince años no haya ningún niño andando por la calle sin estar identificado ni que vaya a ser dado en adopción sin que se compruebe en una base de datos mundial que está siendo buscado por sus padres”, comenta esperanzado José Antonio Lorente.
El último resultado positivo se ha obtenido en Tailandia, recién incorporada al programa. Aplicando el protocolo de análisis de ADN creado por DNA-Prokids se ha devuelto a sus padres la hija robada que permanecía en un orfanato en espera de ser dada en adopción.
Además de la Universidad de Granada, impulsora del proyecto, colabora la del Norte de Texas (EEUU), que cuenta con uno de los laboratorios más activos del mundo con una media anual de un millar de identificaciones de personas desaparecidas. Uno de sus genetistas, Arthur Eisenberg, manifestó a El Confidencial que ante un problema global como es el tráfico de niños resulta “muy importante tener un programa de cooperación internacional para proteger la privacidad de las víctimas y facilitar su identificación y la reunificación familiar”.
DNA-Prokids cuenta también con el respaldo del Gobierno español y la Junta de Andalucía y el patrocinio de las Fundaciones BBVA y Marcelino Botín, CajaGranada y la empresa estadounidense Life Technologies.
Un spot de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México –primer país junto a Guatemala en unirse al programa- recuerda que sólo en este país “miles de personas” son engañadas y reclutadas para fines de explotación laboral, sexual, servidumbre y matrimonios forzados en lo que constituye la nueva forma de esclavitud del siglo XXI. “Eso no sólo se ve en las películas”, reza la publicidad. Quizá en unos años y gracias a DNA-Prokids la trata de personas sólo exista en las pantallas.
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