La trata de personas está tipificada como una actividad criminal que está directamente relacionada con la prostitución, el secuestro y la violencia a través del engaño. Las promesas laborales y de un futuro mejor, los amores que “surgen” del cyber espacio y la ayuda económica, son los principales motivos que esgrimen los delincuentes, cuyo primer acercamiento lo hacen a través del Chat.
Las estadísticas mundiales muestran una escalofriante realidad: El 90% de las víctimas de trata son mujeres, niñas y adolescentes, las que son explotadas sexualmente, mientras que en lo laboral, las víctimas del “enganche” –varones y mujeres por igual– se ven forzadas a trabajar en condiciones inhumanas.
Los miembros de estas redes criminales, reclutan a las futuras víctimas; organizan, gestionan y financian su traslado a lugares donde las explotan, o las alquilan a terceros a cambio de dinero. Estos delincuentes muchas veces actúan impunemente en base a chantajes por deudas y violencia que sus víctimas temen.
Una manera de enfrentar la trata de personas es sensibilizar a la población sobre la existencia de este delito y educarlos para no caer en sus artimañas del trabajo seguro, la ayuda económica gratuita, los amores apasionados y las visas para sueños.
Tenemos que aprender a desconfiar exigiendo documentos que demuestren la legalidad de las empresas que ofrecen ofertas laborales; verificar su dirección y el teléfono fijo (desconfíe más de los que sólo consignan celular porque los chips son cambiados).
Generalmente, la edad promedio de las víctimas de trata de personas son niños menores de 15 años, quienes están más tiempo en contacto con desconocidos a través del Chat. Por ello es necesario darles a conocer las señales de alerta; a desconfiar de las “buenas propuestas”; los sueldos atractivos y “ Los viajes exclusivos”.
Caer en los tentáculos de estos delincuentes que esconden su identidad en nicks a través del Chat o los correos falsos, trae secuelas muy difíciles de superar, como es el impacto emocional manifestado en la depresión y baja autoestima.
Si bien el Internet es uno de los avances de comunicación instantánea más importante de los últimos tiempos, también se puede convertir en el peor enemigo de la inocencia de nuestros jóvenes. Difundir los peligros que acarrea navegar por el ciberespacio es un deber que compete a la sociedad civil y las autoridades.
Extraído de: radio.rpp.com
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