El día 4 de junio se celebró el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, ocasión dedicada a conmemorar a las niñas, niños y adolescentes (NNA) en todo el mundo que son víctimas de maltrato físico y emocional.
Según UNICEF, este día surgió en conmemoración de NNA que sufrieron a costa de los conflictos armados y las guerras. En el mundo son más de 230 millones de NNA quienes viven en zonas afectadas por conflictos armados y algunos de los países más afectados son Siria, Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur y Nigeria. En Siria, por ejemplo, según dicha institución, unos 14 millones de NNA son víctimas de los conflictos armados en esa región.
Cabe destacar que el maltrato y la violencia infantil en el marco de un conflicto armado tampoco es una realidad ajena al Perú. Muestra de ello es el documental “Masas”, producido por CHS Alternativo en el año 2013, que cuenta la historia de ciudadanos peruanos del pueblo originario Asháninkas que, durante las décadas de los 80 y 90, fueron secuestrados por el grupo terrorista Sendero Luminoso, y cuyos hijos e hijas también fueron víctimas de violencia y trata de personas por dicho grupo.
Sin embargo, actualmente existen problemas severos de maltrato y agresión sistemática de menores de edad como la trata de personas (el 74% de las víctimas del 2009 al 2013 eran NNA) y la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes (ESNNA). Esta última es una práctica que degrada y amenaza la integridad física y psicosocial de los NNA y cuyas modalidades van desde la ESNNA en línea (a través de las tecnologías de la información y comunicación – TIC) y la ESNNA en el ámbito del turismo y los viajes. Según nuestros últimos datos disponibles, en el 2015, los casos de ESNNA ascendían a 338 según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Según Perú21, los Centros de Emergencia Mujer atendieron más de 7,000 casos de violencia física y más de 9,000 casos de violencia psicológica contra NNA. En el 2017, la cantidad aumentó a 9,121 casos de violencia física y 12,498 casos de violencia psicológica. Unas alarmantes cifras en las que, por supuesto, el género femenino configura la mayoría de los casos.
¿Qué está haciendo el Estado para acabar con este mal que afecta a los NNA del Perú?
Existe una insuficiente respuesta institucional, ya que se carece de un sistema integral de atención a las víctimas y la atención a las consecuencias de ESNNA no son suficientes ni eficazmente abordadas. Adicionalmente, el sistema de sanción y control del delito tiene debilidades y vacíos que favorecen la impunidad de clientes, explotadores y gestores de la explotación con las consecuencias de impunidad y revictimización de los NNA. Tanto más que en nuestro país no contamos con servicios de salud mental ni manejo de trauma para estas víctimas, por cuanto se requiere de una especialidad que aborde sin estereotipos de perfil de víctima perfecta (sumisa, triste, encadenada, etc.)
Por otro lado, no se cuenta con una información pormenorizada de situaciones o casos de ESNNA. Esto impide tener una estadística sobre los casos realmente intervenidos, debidamente denunciados y rápidamente procesados, desde una articulación efectiva de la PNP, el Ministerio Público y Poder Judicial; a esto se suman los actos de corrupción que obstaculizan la sanción y control eficaz, ausencia de ruta crítica y procedimientos claros y articulados de intervención en los operadores de justicia.
Desde el Congreso de la República, se ha aprobado la modificatoria e incorporación al código penal respecto a ésta figura delictiva (Proyecto de Ley N° 1536/2016-CR), que maneja nomenclatura más técnica, identifica los medios, individualiza las agravantes y propone el incremento de las penas. Esperamos que el Ejecutivo tenga a bien promulgar este proyecto de Ley que fue impulsado por muchas instancias comprometidas con las problemática de la ESNNA y la trata de personas.
El recuerdo de ésta fecha tan significativa debe servir para que el Estado reflexione sobre la necesidad de contar con un sistema efectivo de planeamiento y articulación de organismos públicos y sociedad civil organizada para prevenir, controlar y sancionar la ESNNA y atender a las víctimas, con sistemas estructurales especializados y descentralizados.
Se hace necesario trabajar una guía que unifique e incluya criterios y rutas de atención, manejando la información estadística, con un sistema de indicadores, monitoreo y evaluación integral, que permita contar con los insumos necesarios para tener una intervención adecuada y focalizada, así como una alerta de actuación oportuna interinstitucionalmente.