Gran sorpresa y angustia ha causado saber que, con engaños, muchos dueños de embarcaciones en Chiclayo contratan niños y adolescentes para explotarlos y obligarlos a realizar pesados trabajos de pesca.
Las embarcaciones más grandes cuentan con hasta seis o siete niños y adolescentes. Ellos aceptan realizar el trabajo porque los explotadores les prometen un buen sueldo, pero en realidad, reciben poquísimo y viajan en barcos que no tienen botiquín ni nada que les permita sobrevivir en una posible emergencia.
La mayoría de niños que trabaja en estas embarcaciones no ha asistido nunca al cole porque sus familias son muy pobres. Los explotadores se aprovechan de eso para contactarlos y ofrecerles cosas que nunca cumplirán. ¡Qué mal!
Con el fin de evitar esta terrible situación, muchos pescadores formales han pedido que el Municipio y la Defensoría del Pueblo hagan algo pronto, pues no es justo que, por dinero, muchos niños y adolescentes sean tristemente maltratados.