Les ofrecían trabajo como recepcionistas o cajeras de algún centro comercial y así lograban que jovencitas de entre 15 y 18 años dejaran su natal Loreto para viajar a Lima. Una vez en la capital, una mafia asiática las mantenía secuestradas para obligarlas a prostituirse.
Esta ilícita organización de trata de personas, que operaría desde hace varios años en el país, tenía como clientes únicamente a ciudadanos asiáticos. Su centro de operaciones era un edificio de seis pisos en la cuadra 2 de la avenida La Marina, en La Perla, Callao.
Este lugar fue intervenido la mañana de ayer por la Policía. Seis jovencitas, dos de ellas menores de edad, estaban privadas de su libertad y bajo el cuidado de una pareja de esposos de nacionalidad china.
Una de las muchachas es Jesenia Chapiano, quien acaba de cumplir 18 años. Ella denunció que "al igual que las otras víctimas" fue traída a Lima con engaños.
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